¿Quién soy?
A lo largo de mi vida me he hecho esta pregunta millones de veces. Nunca me sentí igual a los demás, nunca sentí que encajaba dentro del modelo esperado de niña, adolescente, joven y aún hoy.
Mi forma de pensar, de sentir, de expresarme siempre fue totalmente diferente, mi mente era dominada por una personalidad que no dejaba salir. Siempre estaba tratando de agradar a los demás y a la agente no le agrada la verdad, los temas tabúes o incluso opinar diferente.
Con el tiempo y a golpes pude madurar. Me equivoqué infinitas veces, caminé por el lado oscuro de la vida sin saber que me estaba convirtiendo en lo que una vez temí, una persona fuera de este mundo, mental y espiritualmente. Nada en mi vida tenía un sentido ordenado, me sentía totalmente vacía y sin rumbo. La vida, Dios, Satanás no sé cuál de todos, es el culpable de haberme orientado por las ciencias oscuras y que de ahí surgiera mi fascinación por este mundo, aquí invertí muchos años de mi vida y al final siempre me sentía vacía, sola, con dudas, con miedo, con frustración.
Siempre decía, ¿porque no soy como ella?, ¿no soy como él?, ¿porque soy así?, ¿porque no puedo dejar de tener conversaciones en mi cabeza?
Cuando salía de fiesta la gente me hablaba y yo a los 40 minutos ya quería salir corriendo, estaba más interesante lo que estaba pensando que lo que estaba viviendo en tiempo real.
Si tuviera que definir con una palabra esa etapa de mi vida sería insatisfecha conmigo misma al 100%. Por fuera podían ver una persona, feliz, alegre, excelente en todas las áreas de la familia, trabajo, amistades, pero por dentro la eterna pregunta: ¿Quién soy? ¿Como llegué aquí? ¿Cuál es la razón por la que estoy en este mundo? ¿para dónde voy?
Aunque no lo crean todo eso me lo preguntaba mientras mis amigos y compañeros de trabajo estaban en una fiesta hasta la madre de borrachos, bailando todos contra todos, cuando cuidaba los bolsos de mis amigas, había momentos en que todo pasaba en cámara lenta, no había sonido, solo veía cuerpos y ese silencio mental que tenía me hacía preguntarme cosas de la gente, de la humanidad, de la vida, o sea estaba físicamente en la fiesta, pero mentalmente en la 7 dimensión de la existencia del ser y… no, no fumaba ni me metía nada, yo solita lo lograba.
Despertaba siempre con un “NENA” … Hey mae, ¿está aburrida? Y yo… no, no, es que estaba pensando si en este momento alguien saca un arma aquí o hay un terremoto, ¿por dónde salimos? … y la constante respuesta: ¿QUEEE? WTF, que le pasa loca? ¿por qué está pensando en eso? En otro de mis intentos fallidos por ser parte del trend, me retiraba a una esquinita y si alguien llegaba a hablarme sobre algún tema espiritual o de conspiración era lo máximo y de un pronto a otro tenía a media fiesta contando mis historias, de inmediato se escuchaba… MAEEE SINDY otra vez cag.. donse en la fiesta, ahora todos quieren hablar de esos temas y casi que hacía programa. Pero no era mi culpa, yo me fui a una esquina, ¿qué culpa tenía yo de ser la que hablaba de esos temas? Así transcurría mi vida, siendo la loquita del grupo. Y no crean, me sentía mal.
Miles de cosas me sucedieron que podría escribir 3 sagas seguidas, pero lo más importante es cuando me encontré con Él… Sí, ÉL, me refiero a Dios y no piensen que es una hablada Pandereta. Es un encuentro personal, retador y mi afrenta fue muy fuerte. Le dije: yo no le voy a demostrar nada, demuéstrame usted que estoy en el equipo correcto.
En este intermedio pasaron muchas cosas duras, aprendí de cada una de ellas.
¿Saben?, sigo siendo la misma rara, loca y turista mental y espiritual en tiempo real, es más; creo que ahora soy peor, pero pueden estar seguros de algo, soy una persona nueva, me acepté, encontré mis respuestas, ahora sé quién soy y a donde voy. Sé cuál es mi propósito, sé lo que quiero, lo que siento, lo que sueño, tengo claro todo el mapa, por fin tengo paz mental.
Sigo cuidando los bolsos, sigo sin ser la más trend, sigo sin encajar, sigo siendo la familiar, amiga, novia, mamá, hermana, hija, rara y honestamente ya no me importa, lo disfruto, me he aceptado tanto que ni siquiera pienso en si estoy bien o mal para la sociedad.
Me enojo, me contento, me pongo triste, me hago feliz, soy una hacker espiritual y mental de mi vida, descubrí la herramienta del éxito.
Gracias a Dios sé cuál es mi propósito, le quiero dedicar mi vida entera, mis sueños, mis ganas de ser viejita siendo exactamente igual, mejor o peor depende de que ojos me miren y juzguen.
Pero de algo pueden estar seguros, soy feliz, soy Sindy, soy la nena, soy Pandora y hoy sé, que mi vida no es mía, que estaré de paso, que quiero dejar una huella positiva y firme, hoy sé que mi sueño Dios me lo cumplió, mi sueño tiene un propósito, mi sueño tiene muchas cosas que aprender pero estoy segura que logrará todo lo que se proponga, no puedo ver a mi sueño en este momento, no puedo tocarlo ahorita, pero Sé, que me está leyendo y que se acaba de sorprender y sonreír mientras leyó que SÍ, mi sueño es que quien me lee hoy encuentre lo mismo que yo encontré.
No nos conocemos personalmente, pero nos conocimos ahí arriba, solamente nos volvimos a encontrar en este plano.
¿Quién soy? Soy un ser espiritual teniendo una experiencia humana.
¿Adónde voy? De regreso a casa.
¿Con quién voy? Con ellos, las ovejas negras.
Somos una familia que se encontró aquí.
Yo no encontré un lugar donde encajar, Yo me lo hice. Bienvenidos a La Caja de Pandora… YO #SoyPandora y ustedes también y esta es su casa.